Vicentín, con la camiseta del Playas
Vicentín, con la camiseta del Playas
17/07/2013.- Fue el primer ídolo, el que consiguió expandir el Fútbol Sala, quizá un pionero. Vicente Martínez Bas ‘Vicentin’ (Alicante, 1969) consiguió en los años 80 y 90 hacer de este deporte un espectáculo si cabe más grande. Desde Castellón hasta Murcia y también con la camiseta de la selección española, participó en su explosión, ayudando a que avanzara hacia un profesionalismo total.
El sueño de Vicentín era convertirse en jugador del Hércules, equipo en el que jugó prácticamente desde su niñez, pero el Fútbol Sala se cruzó en su camino para hacerle vivir momentos inolvidables y como en una relación de ida y vuelta, crecer también de la mano de la magia del jugador. Vicentín siempre demostró que se desenvolvía a la perfección con un balón en los pies y poco a poco fue subiendo escalones hasta llegar a entrenar con la primera plantilla del equipo alicantino. Tuvo la oportunidad de debutar, pero una lesión de tobillo que se produjo en el Rico Pérez, se lo impidió. Un contratiempo que, resultó ser una ‘bendición’ tanto para él como para el Fútbol Sala. Jugador y deporte se encontraron.

Comienza su carrera en el Fútbol Sala

Al no disputar de minutos con el primer equipo, Vicentín ascendió al Promesas, equipo filial, a la vez que entró en el Alicante FS “por pasar el rato”, como aseguró el jugador en declaraciones a ‘Información’ en 2006. “No tenía tablas, pero sí mucha rapidez, resistencia y potencia en el disparo”. En cada entrenamiento, Vicentín se acoplaba mejor a un balón de menor tamaño y se divertía cada vez más. Cuando quiso darse cuenta, el Fútbol Sala ya le había conquistado a una velocidad frenética. Siguiente parada, la LNFS y la selección.

En 1988 debuta con España en Navacerrada y un año después, ficha por el Playas de Castellón, junto a ElPozo, su club talismán. Vicentín hizo que muchos aficionados al deporte que no sentían ningún color, sintieran simpatía por ese equipo. Su enorme pegada era sin duda, un gran reclamo.


Se convierte en un grande

Vicentín deslumbró en el Mundial de Australia en 1988 y consiguió con su gran juego que los grandes se fijaran en él. Por eso, su fichaje por el Playas donde estuvo hasta 1991 en su primera etapa. Ese año, cambia de equipo y entre varias ofertas, se decide por la de ElPozo Murcia. “Había llegado a formar un precontrato con el Boomerang Interviú, pero al final pudo el hecho de estar más cerca de mi tierra, mi familia y mi novia”. En el conjunto murciano forma un plantel escandaloso con jugadores como Paulo Roberto, Pato y Ricardo. En 1995 vuelve al Playas de Castellón en lo que fue quizá, el comienzo del mejor momento de su carrera.

Nuevos viajes de ida y vuelta

Vicentín regresa al Playas de Castellón, con 26 años, más maduro y muestra su mejor Fútbol Sala. Llega a la Final de la Copa de España y aumenta su estatus de estrella mundial. Cuentan que en los viajes internacionales de su Club y selección, los rivales preguntaban: “¿Ha venido Vicentín? Cuando le veían bajarse del autobús ponían la misma cara, una que solía decir algo así como “lo tenemos más que complicado para ganar”. En la 98/99 viste de nuevo la camiseta de ElPozo, antes de recalar en varios equipos.

 Vicentín vs Eremenko y Brasil: Duelos internacionales

Los primeros éxitos de la selección española, estuvieron ligados a la figura de este jugador, piedra angular de la consecución de la primera Eurocopa, en 1996 en Córdoba. En ese partido, el crack español consiguió cuatro de los cinco goles ante Rusia y doblegó a la figura mundial de Eremenko. Vicentín, no podía ser de otra manera, fue nombrado MVP del Torneo. La cruz es la espina que tiene clavada, como él dice: no haber podido ganar nunca un Mundial. Estuvo cerca en el de España, también en 1996, donde llegó a la Final con Brasil, un encuentro que acabó con la victoria del equipo sudamericano en un Palau Sant Jordi con más de 15.000 personas.


Vicentín, que marcó dos goles en ese partido, fue nombrado tercer mejor jugador del torneo. “Sin duda, ese acontecimiento marcó un antes y un después en el Fútbol Sala español”, declaró. En 1999 tuvo una nueva oportunidad de ganar otra Eurocopa, pero en esa ocasión, Rusia fue más fuerte y ganó el torneo. Fue el adiós de Vicentín a la selección, aunque siguió viviendo como uno más los éxitos que vinieron a partir del triunfo en el Mundial ‘Guatemala 2000’.

Jugó tres Mundiales, también participó en el de Japón ’92 y marcó con la selección 57 goles en 69 encuentros. Tuvo un reconocimiento por su trayectoria en el encuentro que disputó España ante Andorra el 10 de noviembre de 2004.

Nuevos equipos y el adiós

Vicentín llega en 1999 al Cefire Burela, pero solo juega como jugador una temporada. Después marcha al Xota en la 00/01 y ficha en el mercado de invierno por el Cartagena. Vestido de albiazul, Vicentín, sigue marcando goles pero con distinto significado. Acostumbrado a disputar títulos, el jugador se convierte en una pieza clave de ese equipo, que consiguió la salvación de una manera mágica. “En Cartagena, en su pabellón, espero poder cambiar los abucheos que me dedicaron cuando vine con El Pozo Murcia por los aplausos”, dijo Vicentín un 26 de enero de 2001. Y Lo cumplió.


En Cartagena aún se recuerda el partidazo que hizo Vicentín en el derbi de ese año, en febrero de 2001, en el que marcó un gol antológico al cuadro murciano. El GMI Cartagena ganó 9-6 y empezó a creer en la permanencia. Al final, los cartageneros se complicaron mucho la vida y se salvaron de milagro, gracias a un gol que Vicentín marcó desde el centro del campo, a falta de un segundo para el final del partido, en Segovia. Era la penúltima jornada y el GMI ganó 4-5. A falta de 40 segundos, perdía 4-3. En la última jornada, ganó 3-2 a MRA Navarra, con un gol de Vicentín.

“El gol de Vicentín en Segovia fue un milagro. Nos ha salvado”, dijo entonces el presidente del equipo albiazul, Antonio Míguez, que llegó a ofrecerle una oferta de renovación. El crack no la aceptó y se marchó al Montcada, de Segunda División, donde jugó la temporada 01/02. Al término de la temporada, fichó por el Ibi, de donde salió en 2006 rumbo al Aspe Fútbol Sala de Segunda B.

En 2009 jugó la Liga local de Elche con el JHayber y pasó a entrenar a la Universidad de Alicante, pensando quizá en un regreso a la pistas, aunque como entrenador. Sin lugar a dudas, nadie mejor que él para enseñar a los jugadores cómo regatear, como encarar al contrario y pegar al balón. Sería palabra de uno de los mejores cracks de toda la historia de la LNFS.