
También manifiesta su orgullo por "devolver a este país al pódium de Asia y a la tan ansiada Copa del Mundo de Lituania 2021, compitiendo hasta el final de cada partido contra las potencias históricas de nuestro deporte como España, Paraguay, Brasil, y demostrando" que se está "mucho más cerca de ellas que hace cinco años", además de por "evidenciar que este es el camino correcto para que Japón siga creciendo en el panorama internacional".
El entrenador gallego se refiere a su gran satisfacción "por ayudar en la formación de los técnicos japoneses para que tras este ciclo mundialista, se hagan cargo de la selección absoluta y, de esta manera, continuar con el plan marcado por la federación muchos años más"; por cómo han gestionado la época de pandemia; por "abanderar y potenciar el recambio generacional de jugadores desde la Sub-20 a la Absoluta para que el futsal japonés goce de una mayor y mejor salud deportiva, liderando un proyecto de captación de jóvenes talentos que propiciará el fortalecimiento a medio y largo plazo".
Bruno García abre así mismo un largo capítulo de agradecimientos, que se dirigen hacia la Federación, jugadores, miembros del cuerpo técnico, liga, clubes, entrenadores, directivos, árbitros, medios de comunicación y aficionados.
El ferroleño apunta que "a nivel profesional, ahora es el momento de meditar y reflexionar sobre las opciones personales futuras, pera intentar tomar las decisiones más adecuadas con nuevos retos deportivos, personales y familiares" y también tiene palabras de cariño hacia "otros colegas, entrenadores extranjeros" que estuvieron en su cargo con anterioridad, como Miguel Rodrigo o Sergio Sapo, que también han contribuido a desarrollar el fútbol sala nipón.
