
Este fin de semana, cuando más lo necesitaban los suyos él apareció, cuando las nubes empezaban a ocultar las luces el fue el rayo de esperanza. Primero con una volea sensaciones y segundo con una acción inexplicable, de genio, de magia en sus pies. Ante la salida de Espíndola unos deciden pasarla, otros aguantarla, pero él decidió picar la pelota en media baldosa, así es Miguelín.
Siempre se ha dicho que los viejos rockeros nunca mueren, como entonaba Miguel Ríos en su canción. Algo que define perfectamente al '11' charcutero, su liderazgo, su importancia en el vestuario, la madre protectora de los jóvenes, el papel que desempeña no solo está sobre el parqué, su función va más allá de algo que mide 40x20, se extiende por todas las ramas del club, porque Miguelín hay uno y su legado será eterno.
