Josan González, entrenador del Córdoba Patrimonio de la Humanidad (Foto: Valerio Merino)
Josan González, entrenador del Córdoba Patrimonio de la Humanidad (Foto: Valerio Merino)
Aprovechando el parón en la competición por el avance del COVID–19, Josan González, entrenador del Córdoba Patrimonio de la Humanidad concedió una extensa entrevista a ABC Córdoba donde analizó el nuevo reto al frente del cuadro califal, su andadura en los banquillos, los próximos que los blanquiverde tienen que afrontar contra rivales directos como Aspil Jumpers Ribera Navarra y Pescados Rubén Burela o el reencuentro con Shimizu, jugador al que ya tuvo en su etapa en ElPozo Ciudad de Murcia.
Ha cambiado siete años en el ElPozo Murcia Costa Cálida por siete partidos (aunque tiene contrato para el año que viene) en Primera, ¿por qué?

Porque se presenta una oportunidad como ésta y un reto como mantener al Córdoba en Primera División, con jugadores con los que he compartido vestuario muchísimos años atrás y una ciudad que se puede ver cómo respira fútbol sala por los cuatro costados. Creo que el reto merecía correr este riesgo.

Su trayectoria es digna y dilatada pese a su juventud. De abajo hasta arriba.

He tenido la suerte de entrenar en todas las categorías que existen desde benjamines hasta la Primera División, pasando por la Primera y la Segunda femenina. La experiencia está ahí. Es totalmente diferente esta etapa en Primera a la que tuve de siete partidos en ElPozo Murcia cuando sancionaron a Duda. Me tocó dirigir una final de la Copa de España, que perdimos contra el Inter Movistar en los penaltis por 14-13. Ahora llega otro reto para el que estoy totalmente preparado, con ganas y con fuerza porque creo que hay mimbres para sacar adelante el equipo, mantenernos en Primera y seguir creciendo.

El equipo está en una dinámica negativa con nueve derrotas consecutivas, pero tiene todavía dos puntos de diferencia con el descenso, ¿cree tiene margen para la reacción?

Ahora tenemos que centrarnos en ganar como sea en Ferrol en el próximo partido que juguemos. Eso nos daría un espaldarazo para afrontar con entusiasmo, tanto el nuestro como del público, las jornadas que queden por delante. Los puntos de colchón que tenemos hay que hacerlos buenos. En los tres partidos de fuera tenemos que puntuar. En Ferrol creo que vamos a tener muchas opciones de ganar, pero no podemos hacer las cuentas de la lechera.

Pero es cierto que hay dos partidos que tienen señalados en rojo en el calendario por ser ante rivales directos: Aspil Jumpers Ribera Navarra y Pescados Rubén Burela.

Son rivales directos, pero Burela es en la penúltima jornada. ¿Quién sabe cómo vamos a llegar después de 15 puntos en juego antes? Si somos capaces de ganar en Ferrol y sumar seis puntos antes de ir allí, pues estaríamos muy cerca de la salvación y ellos muy cerca el precipicio. Creo que Aspil (Jumpers Ribera Navarra) se va a salir, aunque vamos a intentar que no lo haga ganándole allí. De momento, entre Burela, Zaragoza y nosotros somos tres para evitar dos plazas de descenso. Creo que Burela es el rival directo, pero tiene jugadores que no son jóvenes, pero sí que juegan por primera vez en la máxima categoría, lo que podría pasarle factura en los momentos decisivos.
¿Cuáles son las dos o tres situaciones que ha querido cambiar en el equipo? 

Me hubiera gustado tener más tiempo porque a cada entrenador le gusta aplicar su sello [antes de la suspensión de los partidos dos semanas]. Vamos a mantener las cosas que funcionaban con Maca. Vamos a insistir en darle unas pautas ofensivas para que jueguen cómodos y que sepan lo que tiene que hacer el siguiente compañero. Si queremos la permanencia, tenemos que hacer que pase. Fundamentalmente es querer correr para atrás y correr para adelante. Tenemos que hacer grande la portería si somos el segundo equipo menos goleador. Además, tenemos que encajar lo menos posible, que es en lo que consiste el juego. 
El equipo también ha dejado muestras de problemas a balón parado.
Hemos cambiado para que los jugadores se sientan más cómodos con lo que hacen. He propuesto algunas ideas, pero son ellos (los jugadores) los que deciden qué hacen. Con eso vamos a ir a muerte. La defensa posicional no me da tiempo. Estamos haciendo una defensa al hombre y a mí no me da tiempo a hacer un cambio a la defensa posicional. En dos meses no da tiempo a hacer mi modelo de juego y tengo que priorizar. Tenemos que ser contundentes en las dos áreas, elegir bien y ser generosos. Si mejoramos nuestros números de goles a favor y encajados, estará más cerca la salvación.

¿Se puede trabajar el acierto en el gol? 

Se puede hacer más grande la portería llegando con el tercer y cuarto hombre a la portería rival para hacer peor al portero contrario. Incido en que el gol es lo que nos da de comer en este deporte y tenemos que respetarlo. Los jugadores tienen que tener entre ceja y ceja la portería, que es una cuestión mental en cada minuto y segundo de cada entrenamiento.

¿Qué quiere ver en el siguiente partido?

Quiero ver un equipo ordenado, un equipo que los cuatro jugadores estén por detrás del balón cuando lo pierda y que tenga criterio con la pelota. Hay además jugadores con más experiencia que tienen que llevar el ritmo del partido, cuando el duelo me pide correr y cuando me pide parar. Que los jugadores empiecen a entender qué cosas requiere cada momento. Quiero que se vacíen en la pista en cada momento.

¿Es momento de tirar de la gente de experiencia?

Para mí sí. Hay que intentar recuperar jugadores que no han tenido un año bueno deportivamente hasta ahora. El tiempo que da es el que da. Tenemos una semana o dos de pruebas para intentar sumar al barco a la gente que se veía desde la grada que no sumaba o no estaba rindiendo mucho, pero todo el mundo sabe que tiene calidad de sobra, bagaje, experiencia y se tienen que sumar para ayudarnos. Si no estamos los 13 ó 14 de la plantilla mentalizados y ayudando cada uno en su rol, va a ser muy difícil.

Un nombre: Shimizu, un jugador que ya tuvo en Murcia e internacional por Japón. ¿Qué le tiene que dar al equipo?

Tiene que ser un jugador determinante en la parcela ofensiva. Nos tiene que dar muchas opciones de descarga en las primeras fases del juego cuando lo estemos pasando mal en la salida de presión. Luego es un jugador que nos tiene que dar gol, fijar la defensa y asistir, ya que su rol principal es hacer daño en los últimos metros. Chuta muy bien con las dos piernas, interpreta bien el juego y le falta un poco aún, porque es joven, saber cuándo ayudar en otras cuestiones. Tengo mucha confianza en él, tiene potencial de ElPozo y es internacional absoluto. Va a jugar seguro el Mundial y es un jugador que necesitamos que empiece a marcar goles, que empiece a asistir y que cree peligro e incertidumbre en los rivales. Necesitamos que cada uno dé lo máximo en su rol.

¿Se le puede pedir algo más a la afición del Córdoba Patrimonio en la recta final del campeonato?

Le voy a pedir que se dejen la garganta. Igual que a mis jugadores que se dejen la vida en la cancha. A la afición le pido que apriete. Que el rival sepa que hay cuatro mil personas, que le van a estar echando el aliento en el cogote, que van estar con su equipo y que van a ser el sexto jugador del equipo. Nos tienen que dar fuerza cuando nos fallen para sacar los partidos adelante y para subir cuando vayamos por delante y que no nos empaten.

Desde fuera se ve que el club y sus dirigentes han hecho todo lo posible para salvar al equipo, ¿cómo se ve desde dentro?

Como entrenador tengo todo lo que pido desde que llegué. Los jugadores que han venido están aquí porque los pidió Maca, y dentro de las posibilidades de mercado que había, pues el entrenador eligió a Daniel, Shimizu y Rafa López. En este sentido, no tengo queja. Al equipo lo veo súper involucrado. Hay muchísima gente que quiere y que necesita que el Córdoba Patrimonio esté en Primera porque hay proyecto, no sólo deportivo sino también social, de crecimiento. De hecho, este pabellón se puede quedar pequeño la próxima temporada. Por eso es tan importante estos siete partidos, porque a largo plazo podamos aspirar a cotas mayores.